El ritmo noventero de la televisión

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Cuando descubrí que los programas y las películas se podían descargar de Internet, dejé de ver televisión. Pero antes de eso, crecí con la compañía de Clarissa lo Explica Todo, Oye Arnold, los Castores Cascarrabias, Kablam, Kenan y Kel, Doug y Pete&Pete, entre otros programas de Nickelodeon. En una ocasión visité la casa de mis papás y me senté con mi hermana pequeña a ver televisión. Me di cuenta de lo mucho que han cambiado los tiempos y de que todo lo que les venden a los niños ahora es básicamente basura, cuando de pronto mientras pasaban iCarly escuché de fondo “Running Away” de AM, un cantautor de Oklahoma que toca folk rock y que no era tan conocido como para aparecer en un programa infantil tan popular, así que corrí a preguntarle a Google para encontrarme con que el escritor y productor Dan Schneider no sólo estaba apoyando la escena alternativa actual, sino que se había encargado de poner en sus series (desde All That hasta iCarly, pasando por Kenan & Kel y Drake & Josh) música independiente que de manera inconsciente se clavó en la cabeza de miles de niños de esa generación.

Basta con desempolvar la mente y echarle un vistazo pequeño al pasado para descubrir claramente de dónde surgió nuestra generación. 

Buscando más profundo en las aguas del Internet, me encontré con Doug, el niño tímido de pantalones cortos que tenía un perro estereotípicamente inteligente y un mejor amigo azul. ¿Recuerdan a “The Beets” o “Los Idos”, en su versión en español? Bueno, pues ellos lo eran todo para los protagonistas, los podemos ver en más de un capítulo y sus canciones suenan en repetidas ocasiones durante la serie. La banda de cuatro integrantes era un obvio homenaje a dos grandes grupos del rock angloparlante: The Beatles y The Rolling Stones. En un popular episodio, siguiendo los pasos de sus ídolos, Doug y Tito intentan grabar una canción, hasta que su morada amiga Beebe, que es millonaria, les sugiere “pensar en grande”, demostrando a lo largo del capítulo la facilidad con la que la industria de la música puede distorsionar proyectos ricos en pasión para convertirlos en productos que se venden fácilmente. Por ello ese resentimiento ante la música comercial es algo que perdura en muchos hasta la fecha.

Pasando de la nostalgia, me encontré con un episodio de Pete & Pete en algún rincón del Internet, una serie sobre dos hermanos pelirrojos de diferentes edades que llevan el mismo nombre, poniendo en evidencia la excentricidad de su familia. Recuerdo lo mucho que me entretenía viendo un episodio tras otro, tras otro, tras otro en los maratones de fin de semana. Es ahora que me detengo a reflexionar en cómo esta fue una de las series que contaban con un amplio repertorio de música independiente. Comenzando con el tema principal del programa, “Hey Sandy”, canción de un grupo de indie rock llamado Polaris, que colaboró para la serie en varias ocasiones. Además, cada de vez en cuando hacían cameos a grandes como Iggy Pop, Debbie Harry y Richard Edson, el primer baterista de la banda neoyorquina Sonic Youth. La dirección que le daban a la serie hacia una escena noventera alternativa era bastante evidente.

Basta con desempolvar la mente y echarle un vistazo pequeño al pasado para descubrir claramente de dónde surgió nuestra generación. Por eso a pesar de que la industria cayera años más tarde en manos de alguna Beebe millonaria, se agradecen los viejos buenos tiempos.

Publicado en: La crónica de Hoy

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