Nada personal

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Hace unos días, tras un análisis de mi caligrafía, un experto me dijo que tengo un tipo de personalidad Idealista Soñadora, la cual acepté como correcta y adecuada a mi persona. El test que encontré era entretenido a pesar de lo obvio de las preguntas. Al finalizarlo, el test indicó que mi tipo de personalidad es ENFP, personalidad que caracteriza a personas curiosas, idealistas y que van tras la búsqueda de significados. Coincidía tanto con mi superyó que compartí el entretenido test con un amigo. Cuando lo finalizó, dijo que la descripción era muy acertada a lo que él considera que es. Curiosamente y a pesar de que somos muy diferentes, su resultado era el mismo que el mío.

A finales de los cuarentas, el Dr. Bertram R. Forer aplicó un test de personalidad a sus 39 alumnos, entregándoles un resultado personalizado basado en sus respuestas. Al entregarles sus resultados, se les pidió evaluar lo acertado de este en una escala del 0 al 5. En promedio, el grupo calificó al examen con un 4.2 sin saber que el resultado que les había entregado a todos era el mismo. Debido a ello, esta validación subjetiva o validación personal que presentamos los humanos, se conoce también como efecto Forer.

Cuando una descripción es suficientemente vaga y generalizada, es sencillo adjudicárnosla, pues son cualidades o defectos con las que todos contamos a alguna escala.

Los factores más influyentes sobre el efecto Forer son la expectativa, la ilusión y la condición humana de buscar darle un sentido válido a la experiencia personal. Nos adjudicamos a un nivel subconsciente afirmaciones sobre nosotros mismos que podrían ser falsas, pero que deseamos sean parte de nosotros.

Indagando más en el tema, me encontré en internet con que el tipo global de personalidades a las que hacía referencia el experto correspondían a los que indica un test de personalidad de 16 factores, por lo que lo tomé para corroborar mí ya definida personalidad.

Cuando una descripción es suficientemente vaga y generalizada, es sencillo adjudicárnosla, pues son cualidades o defectos con las que todos contamos a alguna escala. Así funcionan los horóscopos y los tests de Facebook que te juran que tú eres Regina George en algún universo o que Emma Stone es tu chica ideal.

Así que no importa si resulta que eres Sagitario, extrovertido, Ravenclaw, llanero solitario, Khloe Kardashian, hippie y que te vas a casar a los 37 con un clon de Justin Bieber, porque al fin de cuentas, sólo tú puedes decidir quién eres. Y quién no.

Publicado en: Omnia Noticias

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