La sociedad de los Poetas Muertos.

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En ocaciones, nos encontramos atrapados entre un muro de inseguridades creada inconcientemente por nosotros mismos a través del tiempo, y una espada de presiones múltiples que ha sido forjada por la sociedad que nos rodea. Ese momento de desesperación en el que quieres escapar, gritar, salir corriendo y golpear a alguien. O bien, como en algunos casos sucede, prefieres escribirlo.
"La Sociedad de los Poetas Muertos", es una película que nos muestra cómo un solo humano puede cambiar el sentido en la vida de otro. En este caso la relación es maestro-alumno, y viceversa. Es impresionante la manera en que buscamos escapar de toda esa presión que se ejerce sobre nosotros por ser mejores, hacer lo que es considerado conveniente para nosotros y ser básicamente obligados a guardar nuestros sueños y deseos ahí, en un rincón lejando de una habitación cerrada, y olvidarlos. El fracaso es un término que se utiliza para personas que no han cumplido con las pautas que han sido socialmente aceptadas a lo largo del tiempo, cuando, a mí parecer, debería utilizarse para describir a una persona que no luchó por sus sueños. Personas no pensantes. Personas que se quedan con la idea de que cumplir con la sociedad es "ser algo". Porque nadie quiere "ser nada". Pero realmente, ¿qué significa "ser algo"? Podemos ver en la película cómo influye la familia, los estatus sociales y la rigidez de la misma institución en la actitud de los alumnos. La sed de expresión que tienen, esas ganas de, por una vez en su vida, no tragarse las ganas de volar muy lejos, hacer algo por sí mismos. Ser ese algo que no se le permite, por quererlo forzar a que sea alguien "mejor". Así, entre comillas. Personalmente y por desgracia, logré identificarme con la historia trágica de la película, ya que mi situación es similar. Por ello, entiendo cómo es la opresión, la desesperación y el miedo que esto implica. Sin embargo, la solución debe encontrarse, y no limitarse, como sucedió en la historia. Por otro lado, como docentes, debemos ser suficientemente observadores como para darnos cuenta de qué tan lejos estamos llevando a nuestros alumnos, si es de la manera adecuada y en el momento adecuado. Porque formular ideas, crear etiquetas, dar cosas por hecho porque parecen estar implícitas, es muy fácil. Pero a veces las situaciones llegan mucho más lejos, y el impacto que causamos en las personas es mucho mayor de lo que podríamos imaginar. Las consecuencias son el producto final de ello. Lo preferible sería que todas ellas fueran positivas. Por desgracia no siempre es así. Y sobre la poesía, ¿qué puedo decir? La poesía es el arma más mortal para quienes saben cómo utilizarla. Dañina, perversa, dulce y completamente necesaria para almas que, como yo, debo decir, necesitan escapar fuera del mundo de vez en cuando. Aunque sea tan solo un rato.

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