Y ahora: yo.

by - 21:48

A veces me pierdo un minuto y me encuentro horas después. Pensando en lo mucho que me gusta sentirme. Estar, es tan simple como complejo. Sin entender lo que realmente sucede, pero pretendiendo que sí. Luchando fríamente contra el resto del mundo.

Caminando, sonriendo para mí. Besándome a mí misma en mi mente. Quizás se debe a la costumbre, quizás no. Y en silencio, con los ojos bien puestos en su lugar, suspiro. Y constantemente pienso en lo corto que es el tiempo. Reflexiono y soy feliz.

Sin deteriorar la idea, me plasmo en blanco, como insinuando el final. Pero nunca lo es. Nunca me acabo y me siento indeleble. Fuerte. Yo. El placer de ser yo. El honor de estar aquí. Y la fatiga de enfrentarlo todo al mismo tiempo.

No conozco la soledad. Más soy sola, como ella. Me rodeo de sonidos y eso basta. No necesito nada más. Pero nadie logra entenderlo. Y no importa.

Vivo de mí y para mí. Y es inútil evitarlo. Inútil e innecesario. Como ellos, como a veces ellos. Pero de nuevo no lo sé explicar. Ni ellos lo saben comprender.

Como un detalle pequeño. Funcional. Pero inadvertido. Asombroso e indispensable. Tan sobrevalorada como subestimada. Al mismo tiempo. Como si fuera dos. Como si fuéramos una.

Y me quedo para no alejarme. Lo mucho que puedo hacerme sentir. Lo poco que puedo provocar.
Quizá soy egoísta. Quizás soy muy pendeja. Pero, mientras tanto, bebo una taza de café. Levanto la cabeza, y continúo con mi camino.

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