Apenas terminando de leer Frankeinstain (buen libro por cierto), comencé con un best seller que me conquisto con su sinopsis: Crepúsculo.

Tras no querer ver la película por mi propio orgullo, decidí comenzar a leerlo, al finalizar me sentí necesitada del siguiente, así que fui a comprarlo. Comencé a leer Luna Nueva y no pude parar, me enoje, me reí y lloré sola como maniática en mi habitación, esperando no despertar a mi compañera de piso. Ésa misma noche lo terminé.

El día siguiente después de la escuela fui a comprar Eclipse, y me percaté de que Amanecer, el último, ya estaba a la venta. Lo leí hasta el final también sin dormir. El siguiente y último día después de mis labores, decidí que amanecer tenía que ser mío, así que viaje una hora en un autobús urbano hasta el Samborns más cercano para conseguirlo.

Como era viernes, después de comprarlo tome un autobús a mi ciudad natal para pasar el fin de semana en casa de mis padres. En el camino comencé a leerlo con una desesperación indescriptible, sin embargo, mi cuerpo me recordó que tenia 72 horas sin pegar el ojo, y me quedé dormida.

En el transcurso del fin de semana leí Amanecer. Fue la semana más desconectada del mundo que he tenido, sigo hablando de la historia y, ejem, pagando mi tarjeta.

Rompí mi propio record. Cinco libros en menos de dos semanas.

Ahora estoy leyendo Corazón de Tinta de Cornelia Funke a petición de mi hermano pequeño. Está bueno hasta ahora. Me despido y mando un beso.

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Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro.
Emily Dickinson.